CELEBRACIÓN SEMANA SANTA 2019
¿Qué fue de la Pascua 2019 en Budapest?
Cada año la Pascua es diferente, como diferentes nos sentimos cada año, nunca somos iguales! Aunque digamos o tengamos la sensación de que nada ha cambiado. Más para Dios, para Jesús siempre existe la posibilidad del cambio o de dar un paso más. Pero, ¿un paso más a qué, hacia dónde?
La vida se hace distinta y tiene sabor cuando está el Amor, cuando ése amor, mueve la vida y te hace salir de ti mismo hacia los demás, hacia tus seres queridos, hacia un valorarte más o descubrir tus propias posibilidades. Ése paso más que en realidad se llama "valoración", pues este primer paso, lo ha dado Jesús por nosotros. Nuestra vida tiene un valor muy grande y Jesús con su vida, su muerte y resurrección, lo ha valorado. ¡Nuestra vida por la suya! ¡Por ti y por mí! ¿Cómo tendría que ser entonces mi vida, tu vida? Más, sabiendo que está vivo, resucitado, y me acompaña cada día, en la Eucaristía. Me acompaña en lo hondo del alma, esperando un encuentro de amistad contigo, conmigo.
¿Qué valor les damos a los otros, a tu propia vida? Darías tu vida, en las cosas pequeñas de la vida, el martirio de lo que supone vivir en libertad y hacerse responsable de las opciones que hacemos, hacerme responsable de lo que amo o a quien amo, amar a Jesús en la Misa, en la oración, en mi vida cotidiana, en el servicio a mis hermanos, en el cuidado a mi familia, etc.?
El Domingo nos unimos en oración en la Misa de Resurrección por la noticia dura que recibimos de la muerte nuestros hermanos cristianos en Sri Lanka. Frente a tanta impotencia, nuestra mejor arma será desarmarnos a nosotros mismos de toda violencia.
Agradecemos a todos los quisieron implicarse y unirse a Jesús en su Pascua, nuestra Pascua: Los lectores, los que se apuntaron para dejarse lavar los pies, los que llevaron la ofrenda, etc. También a los Guías que estuvieron al frente de cada día de la Liturgia: Sofía, Dalia, Iris, Jesús, Gábor, los músicos, Hna. Zsuzsa, Arpi, los de la logística: Luisa, Juan Carlos, Betty, etc. Y a todos los que a lo mejor no he escrito sus nombres, pero que está nuestro profundo agradecimiento hacia ellos. Agradecemos también la participación y apoyo del Padre Lucio Arellano, que vino desde Italia para apoyarnos y no nos falte nuestra celebración pascual.
Les dejo con estas palabras de San Pablo refiriéndose a los primeros cristianos y que hoy siguen vigentes: “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos.” ( Rom. 14,7-8)
La vida se hace distinta y tiene sabor cuando está el Amor, cuando ése amor, mueve la vida y te hace salir de ti mismo hacia los demás, hacia tus seres queridos, hacia un valorarte más o descubrir tus propias posibilidades. Ése paso más que en realidad se llama "valoración", pues este primer paso, lo ha dado Jesús por nosotros. Nuestra vida tiene un valor muy grande y Jesús con su vida, su muerte y resurrección, lo ha valorado. ¡Nuestra vida por la suya! ¡Por ti y por mí! ¿Cómo tendría que ser entonces mi vida, tu vida? Más, sabiendo que está vivo, resucitado, y me acompaña cada día, en la Eucaristía. Me acompaña en lo hondo del alma, esperando un encuentro de amistad contigo, conmigo.
¿Qué valor les damos a los otros, a tu propia vida? Darías tu vida, en las cosas pequeñas de la vida, el martirio de lo que supone vivir en libertad y hacerse responsable de las opciones que hacemos, hacerme responsable de lo que amo o a quien amo, amar a Jesús en la Misa, en la oración, en mi vida cotidiana, en el servicio a mis hermanos, en el cuidado a mi familia, etc.?
El Domingo nos unimos en oración en la Misa de Resurrección por la noticia dura que recibimos de la muerte nuestros hermanos cristianos en Sri Lanka. Frente a tanta impotencia, nuestra mejor arma será desarmarnos a nosotros mismos de toda violencia.
Agradecemos a todos los quisieron implicarse y unirse a Jesús en su Pascua, nuestra Pascua: Los lectores, los que se apuntaron para dejarse lavar los pies, los que llevaron la ofrenda, etc. También a los Guías que estuvieron al frente de cada día de la Liturgia: Sofía, Dalia, Iris, Jesús, Gábor, los músicos, Hna. Zsuzsa, Arpi, los de la logística: Luisa, Juan Carlos, Betty, etc. Y a todos los que a lo mejor no he escrito sus nombres, pero que está nuestro profundo agradecimiento hacia ellos. Agradecemos también la participación y apoyo del Padre Lucio Arellano, que vino desde Italia para apoyarnos y no nos falte nuestra celebración pascual.
Les dejo con estas palabras de San Pablo refiriéndose a los primeros cristianos y que hoy siguen vigentes: “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos.” ( Rom. 14,7-8)
¡Hasta la próxima Pascua!
Hna. Bárbara Vera Villar | |
Misionera de la FMVD |