LA MISA DE LAS NACIONES
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Fue una gran oportunidad para unificarnos como familia,
como Iglesia, como Cuerpo místico de Cristo.
El pasado 28 de septiembre, tuvimos la oportunidad de vivir por primera vez aquí en Budapest, LA MISA DE LAS NACIONES, en la basílica de San Esteban. Ver la cantidad de banderas multicolores, convivir con personas de diferentes culturas y países lejanos, nos dio la gran bendición de sentirnos hermanos y hermanas en Cristo. Creemos que fue una gran oportunidad para unificarnos como familia, como Iglesia, como Cuerpo místico de Cristo.
Con alegría decimos que tuvimos representantes de toda la comunidad hispano-latino hablante (Misa en español) en donde participamos activamente. En la 1ra. Lectura: Corina Sánchez de México, en el Evangelio: el Padre András, en las Peticiones: Charo Sudario. En las Ofrendas, Liz de México y la niña Sabrina de Venezuela y finalmente en los cantos de la Comunión se participó con la canción DIOS SIGUE LLAMANDO por las hermanas Barbara y Zsuzsanna de la Fraternidad Misionera Verbum Dei.
Al final, después de experimentar tanta alegría, vimos la procesión de salida por el pasillo central de la basílica: Banderas, Hermanos en la FE de diferentes países con sus trajes típicos hondeando sus banderas, Sacerdotes y el Obispo Cserháti Ferencs. A todos nos dejó un sentimiento de nostalgia, de amor por nuestras raíces cristianas y por la unión y comunión que esto representó para nosotros y con seguridad representará en las futuras celebraciones de LA MISA DE LAS NACIONES.
Después de la ceremonia religiosa, tuvimos la oportunidad de convivir con hermanos de otros comunidades y países en el ágape que ofreció el Obispo, en los salones de la Basílica: pogachas, refrescos y la algarabía de cada persona, país y cultura como una cereza al pastel de esta hermosa experiencia que fue LA MISA DE LAS NACIONES 2019.
Dalia Chavez Castilleja. | |