RETIRO DE ADVIENTO 2019
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ADVIENTO,… había una belleza irradiante, cuando intercambiaban sus pensamientos más profundos…
En nuestro retiro de Adviento, mucha gente participó con gran entusiasmo. El día estuvo lleno de momentos de reflexión personal pero también de compartir nuestros pensamientos y nuestra amistad entre unos y otros.
Reflexionamos sobre lo que realmente es la Navidad, con una visión más espiritual e introspectiva. Conforme ahondábamos el significado del nacimiento del niño Jesús, al ir compartiéndola entre nosotros, veía unos sentimientos auténticos, valores, verdaderamente había una belleza irradiante, cuando intercambiaban sus pensamientos más profundos. Enfrentarse a uno mismo y a los demás, es el primer signo de una conciencia personal y un crecimiento que desafía el tiempo y nos hace felices porque somos auténticos.
La Virgen María, representa la figura simbólica de la maternidad, la que con valentía y fe, vivió lo que ella creía. Ella, quien da a luz al niño Jesús, lo cuida con todo su ser porque es lo que más ama, nos lo entrega como el mayor y mejor regalo. Ella, símbolo de mujer del pasado pero también del presente, sea creyente o no, no puede menos que admirar la determinación y la confianza en Dios, en sí misma y en su hijo.
El nacimiento de Jesús, en mi opinión, es el Nacimiento de todo lo que admiramos y nos puede hacer feliz; más aún, éste nacimiento, nos impulsa a poder creer que podemos lograr lo que amamos con toda nuestra fuerza y consistencia.
Les dejo con una pequeña inspiración mía para finalizar: “La flor que brotó en la primavera tuvo que esperar al invierno, pero al final reunió el fruto de su tiempo dedicado a trabajar por algo más hermoso que hubiera llegado. Las construcciones más sólidas son las que tienen lugar con el tiempo y la constancia del propósito; y María fue el ladrillo que inició el edificio, completado por su artesano más hábil: Jesús”.
Reflexionamos sobre lo que realmente es la Navidad, con una visión más espiritual e introspectiva. Conforme ahondábamos el significado del nacimiento del niño Jesús, al ir compartiéndola entre nosotros, veía unos sentimientos auténticos, valores, verdaderamente había una belleza irradiante, cuando intercambiaban sus pensamientos más profundos. Enfrentarse a uno mismo y a los demás, es el primer signo de una conciencia personal y un crecimiento que desafía el tiempo y nos hace felices porque somos auténticos.
La Virgen María, representa la figura simbólica de la maternidad, la que con valentía y fe, vivió lo que ella creía. Ella, quien da a luz al niño Jesús, lo cuida con todo su ser porque es lo que más ama, nos lo entrega como el mayor y mejor regalo. Ella, símbolo de mujer del pasado pero también del presente, sea creyente o no, no puede menos que admirar la determinación y la confianza en Dios, en sí misma y en su hijo.
El nacimiento de Jesús, en mi opinión, es el Nacimiento de todo lo que admiramos y nos puede hacer feliz; más aún, éste nacimiento, nos impulsa a poder creer que podemos lograr lo que amamos con toda nuestra fuerza y consistencia.
Les dejo con una pequeña inspiración mía para finalizar: “La flor que brotó en la primavera tuvo que esperar al invierno, pero al final reunió el fruto de su tiempo dedicado a trabajar por algo más hermoso que hubiera llegado. Las construcciones más sólidas son las que tienen lugar con el tiempo y la constancia del propósito; y María fue el ladrillo que inició el edificio, completado por su artesano más hábil: Jesús”.
Francesca Guglielmi | |
Budapest, 2019.11.30 |