Novena a Nuestra Señora de Coromoto
Noveno día de la novena a Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros
enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío,
por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar,
de apartarme de las malas ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se
me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción
de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y misericordia infinita me
los perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en
vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa
llegaron al conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste
apareciendo en Coromoto y nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una
milagrosa Imagen, apiádate de nosotros. Alivia nuestros males, poderosísima
Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en
sus costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo
Evangelio. Protege nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la
impiedad e indiferencia religiosa; en una palabra, renueva la fe en nuestra
amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras verificadoras de salud,
adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz
tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo
Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén.
Se
dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.
Noveno Día
Dios
te Salve, ¡oh siempre dulce Virgen María!, cuya virginidad y nombre fue
dulcedumbre castísima de Dios, delicia suave para los hombre, gustosa suavidad
para los ángeles.
¡Oh
cándida azucena!, zarza eterna a quien Jesús, -fuego divino-, al nacer de Ti,
no ofendió tu virginal pureza.
Virgen
sin semejante, que posees a un tiempo la gloriosa aureola de la virginidad y la
incomparable dignidad de Madre de Dios, por eso, tu excelso nombre, MARÍA, es
símbolo de gracias y purezas.
Purifícanos,
Señora, con tu virtud del asqueroso lodo de toda mancha impura. Presérvanos de
la inmunda servidumbre de viles apetitos y colócanos en la apetecible y
dulcísima esclavitud de tu sagrado amor, sirviendo a Jesús en toda pureza y
castidad, seamos dignos de alcanzar las promesas de su divina gracia en la
Gloria Eterna. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea
alcanzar en esta Novena)
Reza una Salve.
Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento
a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de la gracia, admiración de los
ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por feliz
Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan
rica, muy obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros
con su maravillosa Aparición en Coromoto, el m ismo día que celebra su
natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para
no olvidar tan altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para
reconocerlos y admirarlos; enciendas de amor nuestra voluntad para en obras de
amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio con el favor de tu
gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la
Divina Reina aparecida en la tierra, por la corona de doce estrellas con que la
vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la Santísima Trinidad
por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas
Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
Amén.